(Grupo de Trabajo 1 de la Comisión W87 del Postgrado de Virtual Educa)
Es un blog educativo que aborda temas relacionados con la conquista espacial, desde la forma como el hombre se apoyó en recursos tecnológicos como observatorios pasando por el envió de animales al espacio, hasta los últimos avances que han permitido que el hombre conozca más de cerca el universo que habita.
Actualmente
se utiliza la luz como medio para conocer la composición de los
planteas que el telescopio Kepler encuentra, así mismo se utiliza
para medir la distancia a la tierra, no sólo de los planteas del
sistema solar sino también de los recién descubiertos.
Todo
comenzó cuando Sir Isaac Newton hacía experimentos con luz y
prismas, descubriendo la luz ultravioleta y la radiación infrarroja;
cuando la luz pasa por un prisma, es defractada y se divide en 6
colores que la componen (rojo, naranjado, amarillo, verde, azul y
violeta). A partir de dicho descubrimiento, se encontraron también
una serie de vetas de color negro en las líneas de colores; dichas
vetas se deben a la interferencia de las partículas subatómicas de
los diferentes elementos químicos presentes en las estrellas y
planetas.
Una
serie de franjas de color negro sobre dicho espectro forma una
especie de código de barras que corresponde a un único elemento. Es
así como los astrónomos, utilizando la espectrografía, pueden
afirmar con gran precisión la composición de los planetas, al igual
que la distancia de éste a la tierra, método desarrollado por Edwin
Hubble.
Para
ir hasta los planetas que descubre la misión Kepler día a día,
debemos saber a cuántos, cientos de miles de millones de kilómetros
nos encontramos; del mismo modo en el que se pudo calcular la
distancia a Jupiter para que la sonda Juno, lanzada el 5 de Agosto de
2011, llegó a la órbita de Júpiter el 4 de Julio de 2016; al igual
que la sonda New Horizons tenía calculada la distancia, velocidad y
posición de Plutón al momento de su arribo. Se mide el brillo del
rojo y cuán corridas se ven dichas franjas hacia el rojo, lo que nos
da distancias a más de mil millones de años luz.
Olvidado
por muchos textos, él es uno de los precursores de la teoría
heliocéntrica. Vivió en un tiempo en el que no había mucha
libertad de pensamiento, máxime siendo él un filósofo, astrónomo
y monje cristiano en la segunda mitad del siglo XVI.
Él,
en medio de su deseo de conocer más sobre la creación de Dios, se
atrevió a leer los libros que la iglesia prohibía y fue allí donde
encontró De rerum Natura (De la Naturaleza de las cosas), del
filosofo y poeta romano Lucrecio (99 a.C – 55 a.C.), un libro que
contaba sobre un universo mucho más vasto y que el que la
interpretación reduccionista que su iglesia hacía sobre su Dios.
Lucrecio
le pedía al lector que imaginase que estaba en el borde del universo
y disparaba una flecha hacia afuera; si la flecha continuaba su
camino, sería un prueba de que el universo se extendía más allá
de lo que parecía el límite pero, si la flecha no continúa y se
estrella contra un muro, entonces ese muro debe estar más alá de lo
que suponíamos sería el límite del universo. Ahora si nos paramos
sobre ese muro y lanzáramos de nuevo la flecha, existen de nuevo
solamente esos dos mismos resultados posibles: vuela siempre en línea
recta hacia el espacio o golpea un muro sobre el cual nos tendríamos
que parar para lanzar de nuevo una flecha; axiomáticamente se
plantea así que el universo no tiene límites, el cosmos debe ser
infinito, al igual que el Dios al que él adoraba. Para Bruno, le
parecía completamente lógico pensar, creer en un Dios creador,
infinito, de ese modo ¿cómo podría ser la más grande creación de
Dios menor? Ciertamente fue un pensamiento, una creencia que no
encontró mucha acogida entre los demás monjes y mucho menos a la
iglesia. Sin embargo no fueron sus afirmaciones sobre astronomía
sino sobre teología las que lo llevaron a ser expulsado de la
iglesia y condenado a la hoguera por herejía en febrero de 1600 por
la inquisición romana.
A
la edad de 30 tuvo la visión más importante de su vida. Cuentan que
un sueño, otros dicen que por iluminación divina, despertó en un
mundo encerrado dentro de un cuenco envolvente de estrellas, así
como promovía la iglesia de su época la idea del cosmos. Se armó
de valor y quiso ver qué más había detrás del telón de aquel
domo y esto fue lo que escribió sobre ese momento:
“Abrí
mis alas confiadas hacia el espacio y me elevé hacia el infinito,
dejé detrás lo que otros se esforzaban por ver desde la distancia,
aquí no había arriba ni abajo, no había borde ni centro, vi que el
sol era sólo una estrella más y las estrellas eran otros soles,
todos escoltados por otras tierras como la nuestra. La revelación de
esta inmensidad fue como un enamoramiento.”
Se
convirtió en un evangelista que promulgaba el evangelio del infinito
a través de Europa. Asumió que otros amantes de Dios aceptarían
esta visión, por ser ella más grandiosa y gloriosa de la misma
creación. Infortunadamente, no fue así, y terminó expulsado de
Italia por la iglesia,los monjes Calvinistas lo expulsaron de Suiza
y, los Luteranos de Alemania.
Más
tarde aceptó una cátedra en Oxford pero las cosas no fueron muy
diferentes, incluso entre académicos puesto que la visión que
tenían sobre el universo estaba basada en el concepto tradicional
del Dios “pequeño”. Fue lo suficientemente obstinado para volver
a Italia donde, por obvias razones cayó en las garras de la
inquisición y después de pasar 8 años encerrado, pasando por
interrogatorios donde se rehusó a cambiar de opinión, fue condenado
a la hoguera y murió.